Conseguir un libro, leerlo, hacer anotaciones, apasionarse, subrayarlo, recomendarlo, volver a leerlo, prestarlo, debatirlo, decidirse a editarlo, corregir, diagramar, esforzarse por compartirlo.
Pero no se trata de cualquier libro, de leer como un pasatiempo o como un fin en sí mismo, sino de entregarse con tiempo y dedicación para conocer el mundo, para conocerlo en las profundidades que permite la crítica radical, provocada por la necesidad de una transformación total.
Publicar un libro excede lo que es el leer –considerado el acto individual por excelencia. Desde su concepción, el libro es un modo de comunicar e incluso de intervenir en la vida social. Creando lazos entre personas conocidas e incluso entre quienes jamás se cruzarán, sea por la distancia en el espacio como en el tiempo, creando un lazo entre el lector y el escritor así como entre quienes han protagonizado la historia documentada y quienes simplemente la leerán.
Rosario, Región Argentina.